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Liderazgo basado en valores

Hoy más que nunca se hace necesario hablar sobre liderazgo basado en valores en la Republica Dominicana. Nuestro país se encuentra sumergido en una de las crisis de valores más profundas de los últimos tiempos. Una crisis en la que el liderazgo nacional se siente desafiado.

Liderazgo y valores no pueden separarse. No es posible ser un líder autentico, transformador sino se hace uno acompañar de valores humanos fundamentales.

Son precisamente nuestros grandes desafíos para construir una mejor sociedad, nuestras grandes debilidades. Debilidades como la falta de empatía, solidaridad, y la honestidad, todos estos valores humanos inconscientes como George Lakoff les llama. Los mismos que en algún momento de la historia nos han unido, pero que hoy en día tienden a separarnos. Las sociedades necesitan de personas con valores; y por ende se necesitan líderes capaces de influir, motivar, inspirar y orientar sobre la base de esos valores en momentos de crisis y grandes desafíos.

Daniel Goleman en su libro Inteligencia Emocional nos dice que “Vivimos en una época en la que el entramado de nuestra sociedad parece descomponerse aceleradamente, una época en la que el egoísmo, la violencia y la mezquindad espiritual parecen socavar la bondad de nuestra vida colectiva”. Y más adelante nos plantea que “la raíz del altruismo radica en la empatía. Y si existen dos actitudes morales que nuestro tiempo necesita con urgencia son el autocontrol y el altruismo”. El autor se refiere al autocontrol como el fundamento de la voluntad y el carácter, y la carencia del mismo lo ve como una deficiencia moral.

De todos los valores que han de adornar a los seres humanos me llaman la atención tres de ellos que considero fundamentales para un líder: honestidad, solidaridad y la empatía.

La honestidad porque precisamente el liderazgo se fundamenta en la administración de la confianza que un grupo de personas deposita en el líder. Una confianza que no debe ser defraudada y que se convierte en una gran responsabilidad en quien la asume.

La empatía y la solidaridad nos permite colocarnos en el lugar de los demás, y más hoy en día cuando esa falta de solidaridad comienza a deshumanizarnos cuando buscamos soluciones individuales a problemas colectivos.

Los ciudadanos de la sociedad del conocimiento y la información tienen algunas ventajas sobre sus antepasados. La globalización puede ayudar a reducir la brecha generacional que por ende ayuda a reducir la brecha social. ¿Cuál es la diferencia en término de adquisición del conocimiento entre un estudiante dominicano, un alemán y un estadounidense? Prácticamente ninguna bajo la misma lógica del uso igualitario del internet que nos facilita muchas informaciones, posibilidades de estudio y trabajo. ¡Realmente el mundo ha cambiado!

Los líderes se hacen sobre la base de la combinación de sus capacidades innatas, adquiridas y la voluntad de ser entes transformadores. No obstante, los valores se adquieren de diversas formas. La educación es el eje central en el inculcamiento de los valores en el ser humano. La educación del carácter es fundamental, ya que es la que define al individuo, y esta está muy relacionada con la formación en el seno de la familia y la educación formal o académica que nuestros maestros o mentores se encargan de moldear en nosotros en las aulas. Pero, ¿puede una sociedad como la nuestra reproducir valores en los individuos, cuando el núcleo central de la sociedad que es la familia está debilitado? Uno de los retos del nuevo liderazgo, es enviar señales para fortalecer la educación en valores.

Mucho se ha hablado de los diferentes tipos de liderazgo. Mas que diferentes tipos de liderazgo, lo que tenemos son diferentes personalidades de individuos que ejercen liderazgo.

¿Cuál es la diferencia del liderazgo que ejerció Juan Pablo Duarte con el liderazgo ejercido por Pedro Santana? O ¿de Hitler y Mahatma Gandhi? O ¿el liderazgo de Bill Gates o Steve Jobs sobre el liderazgo de Bernard Madoff? De lo que se trata no es de desarrollar cualquier tipo de liderazgo, sino de desarrollar uno que pueda estampar valores humanos en los individuos en quienes se tiene influencia.

Nuestras acciones independientemente del área de acción en que nos desenvolvamos tienen que repercutir en beneficio de la sociedad. Las empresas o industrias a las que estemos vinculados o a las que nos vinculemos tenemos que inyectarles valor a través de nuestras acciones. Cuando hablamos del “valor agregado” de un producto nos referimos a los elementos tangibles e intangibles que hacen que ese producto tenga un valor en el mercado mayor y sobre todo con mayor posibilidad de ser adquirido por el mercado. Ese valor se transmite y se percibe! De igual forma sucede con el liderazgo.

La Republica Dominicana está plagada de individuos escépticos y negativistas que nos dicen que una reinvención social sobre la base de un nuevo liderazgo no es posible. No será posible si seguimos transitando el mismo camino con la carencia de valores; pero estoy completamente seguro que si desarrollamos un nuevo liderazgo basado en valores, será posible:

Contribuir con una sociedad que coloque al ser humano en su centro y le brinde oportunidades, estabilidad económica y garantías de un estado de derecho.

Será posible avanzar como nación, sin avasallar, ni burlarse de la miseria e ignorancia de gran parte del pueblo dominicano.

Y sí será posible vencer la desesperanza que nos comienza a arropar y entre todos construir una República Dominicana cuyos cimientos sean el ideario de los padres de la patria, y estén en sintonía con aspectos económicos del mercado, la solidaridad y valores humanos.

Todo depende de cada uno de nosotros, y de esa gran masa de ciudadanos que se fortalece y crea conciencia en la sociedad dominicana.

Escrito en el periódico Acento el 12/10/2011